CRÓNICAS DE PUENTE MANTICA
El control de la mina Pico Betushii supone ganar o perder la gran guerra del norte. Desde hace años, es controlada por los subditos de
Morgoth, los no muertos, pero recientemente los astutos
elfos filoescarcha del abismo han encontrado otra entrada situada entre un estrecho paso de montaña.
Teniendo una posición ventajosa, los
elfos contrataron un grupo de
humanos mercenarios para luchar por la entrada principal, mientras los
filoescarcha pillarían desprevenidos por la espalda a los
no muertos. Pero justo cuando se disponían a adentrarse en la mina, un grupo de
bestias hombres cabra les asaltaron en la entrada secundaria.
Los
elfos defendieron sin problemas la entrada, haciendo la táctica de espada cizalla, un centro hueco y unos flancos muy cortantes. Las
cabras no tuvieron oportunidad casi de luchar. Esto no sentó muy bien a su caudillo. Mientras, en la puerta principal los
mercenarios humanos consiguieron expulsar a los cientos de
esqueletos y zombis que bloqueaban dicha entrada, haciendose con los suministros y cobrando su parte del botín.
Los
elfos se adentraron pues en la mina para apoyar el ataque en la entrada principal, pero el camino era sinuoso y estrecho y dividió a la fuerza en dos frentes. Cuando se quisieron dar cuenta, se encontraron con un frente de
no muertos que bloqueaban el camino, y expulsaron de ese tunel a los
elfos sin problemas.
Los
humanos decidieron montar guardia en la entrada principal, y mientras los caballeros nobles cobraban la recompensa, las bestias
hombres cabra arremetieron una segunda vez, con más rabia y más ímpetu. Tras una encarnizada lucha, las
cabras fueron rechazadas de nuevo.
Viendo que aquellas tierras no eran seguras, los
humanos decidieron adentrarse en la mina para pasar la noche, resguardados de las inclemencias. Junto a los
elfos, sus contratantes, montaron guardia. Aquel lugar era frio, húmedo y mohoso. Esta mina antaño fue un lugar próspero y lleno de vida, con ciudades y gente llendo y viniendo. Hoy día, simplemente un túnel solitario, con cienagas ácidas y enredaderas venenosas por doquier. Aún se conservan antiguas ruidas, en las que al pasar se escuchan susurros que hielan la sangre de cualqueir mortal.
La noche transcurre tranquila, pero antes del alba, se escuchan tambores de guerra.
Un grupo de
no muertos salen del interior de la mina, y las
cabras llenas de ira consiguen romper la guardia de la entrada y llegar hasta el corazón de la mina. Con los elfos y los humanos en su punto de mira, ignoran a los no muertos que danzan por allí. El enfrentamiento final en cruel, despiadado, en un territorio hostil que fustiga a los guerreros de ambos bandos.
Y al fin, el silencio. La mina vuelve a las manos polvorientos de los no muertos. Morgoth sonrie tras su mascara. Los
hombres bestia, una vez cumplida su venganza hacia los
elfos y los
humanos, abandona la mina, no sin antes llevarse un buen botín. Tuvieron la oportunidad y la desaprovecharon. Otra vez será..... otra vez será.